La Comunidad General de Riegos del Alto Aragón seguirá luchando por la construcción del embalse de Biscarrués motivo por el que está estudiando la interposición de un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
Tras conocer las dos sentencias emitidas por la Audiencia Nacional, la Comunidad General ha comenzado a estudiar la argumentación legal del recurso de casación y apuesta firmemente por la continuidad del proyecto de Embalse de Biscarrués a día de hoy en exposición pública.
Para la Comunidad General, el Conjunto Biscarrués- Almudévar constituye una pieza fundamental para garantizar el suministro de agua a Riegos del Alto Aragón. Un embalse irrenunciable para garantizar que se mejora el déficit de 300 hectómetros cúbicos existentes en el sistema regable.
El embalse de Biscarrués constituye una apuesta del colectivo regante, al que se llegó tras múltiples estudios de alternativas, que ha sido refrendado por los regantes en sucesivas Asambleas Generales, y hasta tres veces recogido en leyes estatales que avalan su interés general.
Existe un compromiso unánime de las Comunidades que constituyen Riegos del Alto Aragón con el embalse, que pasa por financiar la redacción del proyecto y su posterior construcción como consta en el protocolo suscrito con el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en el año 2014.
Apostamos por el conjunto Biscarrués-Almudévar, cansados de la constante referencia a la búsqueda de alternativas, palabra que no es sinónimo de mejora, de solución, si no sinónimo de incrementar el gasto público en proyectos para finalmente enjuiciar la alternativa propuesta.
Consideramos una grave irresponsabilidad la postura adoptada por colectivos que se lucran del conflicto, a los que beneficia los mal llamados “conflictos del agua”. Colectivos que han demostrados una falta constante de responsabilidad y visión de conjunto de la realidad de Aragón, a los que poco importan la realidad rural, su despoblamiento y la necesidad de la agricultura en el medio rural.
Los regantes hemos apostado económicamente por una obra, ya que consideramos poco probable que las alternativas que se proponen no sean utilizadas de nuevo para la generación de nuevos conflicto. Porque el tiempo nos ha demostrados que las mal llamadas alternativas no son más que excusas para demorar cualquier obra.
En el pasado fueron los mismos grupos de presión los que propusieron los embalses laterales como solución, los mismos que llegado el momento de la aprobación del Embalse de Almudévar no han dudado en judicializar el embalse. Los mismos que a día de hoy critican el coste energético del llenado del embalse por la vía judicial, olvidando que son los regantes los que asumen ese coste energético, el cual conocen y sobre el cual en responsabilidad han adoptado la decisión de costearlo mediante acuerdo unánime de asamblea.
Los mismos colectivos que fijaron la modernización de regadíos como una necesidad de perentoria ejecución, y que hoy la señalan como un mal negocio para la naturaleza y la sociedad. Colectivos asentados en la crítica y el desconocimiento del medio rural, al que ven y viven como mero receptor de su tiempo libre. Los mismos colectivos que ven un impacto ambiental en los frágiles ecosistemas del río Gállego por parte del embalse de Biscarrués, pero que niegan el efecto de que 10.000 personas perturben durante un par de meses esos ecosistemas para el lucro empresarial.
Cabría preguntarse qué diferencia al Ebro del resto de los ríos. En el Ebro el % de capacidad del embalse frente a la aportación natural es del 50%, cuantía que contrasta con el 220% del Guadiana, 190% del Júcar, 180% del Segura, 150% del Guadalquivir. ¿Hay que pensar que en todas estas comunidades autónomas no hay espacios naturales a proteger? ¿Hay que pensar que su agricultura es muy distinta a la que desarrollamos en Aragón? ¿Quizás de menor impacto?
El caudal ecológico del Ebro es de 107 m3/sg, frente a los 7 m3/sg del Guadalquivir, 3,5 m3/sg del Guadiana o el 1 m3/sg del Segura. ¿Por qué en el resto de España no se acusa a la agricultura de dejar secos los ríos con menores caudales ambientales?
Habrá que pensar cual es el interés real del conflicto que entorno al Ebro se genera, quién sale beneficiado del mismo y quienes son los actores.
Riegos del Alto Aragón va a continuar apostando por Biscarrués- Almudévar, ya que es un proyecto, que está en exposición pública, que ha sido adaptado a todas las demandas de información y planificación económica, ambiental y de gestión que plantea la DMA y la legislación española. Y porque los regantes hemos asumido el coste de su construcción en responsabilidad y coherencia con la necesidad que expresamos.
Rechazamos un planteamiento de alternativas que no son sino una forma de aplazar decisión, dilapidar dinero público y el camino elegido por aquellos que no quieren que se haga nada y cuyo único objetivo es la desaparición de superficie regable y del sustento de las personas que habitan en el medio rural.
Instamos a las distintas instituciones participantes en la Mesa del Agua de Aragón del Año 2006, en el Pacto del Agua de Aragón de 1992, a que procedan en coherencia con la postura que mantuvieron en su momento. Ya no es momento de paciencia, ni diálogo. Es momento de que frente a la sinrazón las instituciones ejecuten sus compromisos y mantengan un postura coherente con sus propias políticas.